¡Hola tealovers! Hoy es 8 de abril y los invito a viajar con la mente a Japón, para vivir juntos una de las celebraciones particularmente más populares.
Hana Matsuri es un evento religioso que se festeja en todo el continente asiático budista, y el té tiene un rol importante.
La celebración del cumpleaños del histórico Buda Shakyamuni se realizaba tradicionalmente el día 8 del 4º mes del calendario lunar, motivo por el cual Japón estableció el 8 de abril como fecha de esta festividad durante la Era Meiji (1868 – 1912) después de la adopción del calendario gregoriano.
Se dice que el nombre Hana Matsuri, que significa “Festival de las flores”, se remonta a principios del siglo XX y se eligió para mostrar la coincidencia de esta fecha con la temporada completa de sakura 🌸 en el área de Kanto, ya que la flor de cerezo se consideraba la flor por excelencia. A este evento también se lo conoce como Kanbutsue, que literalmente significa “fiesta del baño de Buda”.
A diferencia de Japón, donde la celebración es más bien conmemorativa, esta fecha es festiva a nivel nacional en muchos otros países budistas como Corea del Sur o Taiwán, donde el evento se despliega con bombos y platillos.
Ahora bien… ¿cómo se lleva a cabo semejante fiesta?
Al llegar el gran día, se coloca un pequeño edículo llamado hana-mido (“pabellón de flores”) frente a uno de los salones importantes del templo. El hana-mido alberga una estatuilla de pie en un cuenco grande y poco profundo y está cubierto y rodeado de flores. Dicha estatuilla es una representación de Shakyamuni, tal como apareció al nacer, es decir, en forma de un adulto en miniatura de pie.
El cuenco está lleno de ama-cha, un té que los fieles vierten sobre la cabeza de la estatua con un cucharón. Este acto significa reproducir el primer baño de Shakyamuni: el día de su nacimiento, el niño fue purificado por una lluvia dulce ☔️ provocada por ocho grandes reyes dragones, o el dragón de 9 cabezas Kuzuryu, según las muchas versiones de la leyenda.
En plena celebración de Hana Matsuri, con flores y la figura de Buda bañada en Ama-cha
Si algún tealover que me esté leyendo en estos momentos pretende saborear una taza del Ama-cha, lamento desilusionarlo: al contrario de lo que su nombre indica, no se trata de un té dulce, sino más bien de una infusión hecha a base de hojas de una especie de hortensia específica con un fuerte sabor azucarado. Después de usar el líquido para rociar la estatuilla, los fieles también pueden beberlo o volver a casa con una pequeña botella ofrecida por el templo.
Se dice que este té tiene propiedades insecticidas y antialérgicas, y que además ayuda a mejorar las habilidades de caligrafía cuando se usa para preparar la tinta.
Como podrán apreciar, la tradición se apega a reproducir la leyenda de Shakyamuni, quien también nos cuenta que nació en un campo de flores y de ahí viene la acumulación de éstas en honor a él, pero además nos relata que un elefante blanco apareció en los sueños de su madre en el momento de su concepción y por eso este animal es frecuentemente representado en los templos.
Lo más pintoresco de esta historia es que si bien Hana Matsuri es una celebración de Buda, con el tiempo se convirtió en sinónimo de la llegada de la primavera y en una ocasión adicional para rezar por la salud de los niños, a quienes se asocia con frecuencia con la celebración.
¿Qué te pareció este festival? ¿Te gustaría viajar y ser parte de los festejos? ¿Querrías probar un poco de Ama-cha?
Te leo.